PREGUNTA:
¿Por
qué esperamos la Pascua durante 40 días, qué significado tiene para
nosotros?
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El sentido Bíblico de la Cuaresma

a) Duración del Diluvio Universal.- Génesis
7,17: “El Diluvio se precipitó sobre
la tierra durante cuarenta días. A medida que las aguas iban creciendo,
llevaban el arca hacia arriba, y esta se elevó por encima de la tierra.”
b) Tiempo de espera para salir del Arca.-
Génesis 8,6. “Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del
arca que había hecho”.
c) Tiempo de Espera por la Liberación.- En
la Biblia Jacob tiene doce hijos que se convertirán en los padres de las doce
tribus de Israel. Uno de esos hijos, José llamado “el soñador”, es vendido como esclavo por sus hermanos
porque le tenían envidia y es comprado por un oficial de la corte Egipcia,
donde tras interpretar los sueños del Faraón predice siete años de escases en
Egipto y las tierras aledañas; por lo que el Faraón lo nombre jefe de todo
Egipto únicamente por debajo él. Al llegar los escases a Canaán el pueblo de
Israel se salva gracias a José quien invita a Jacob y al pueblo a vivir en
Egipto y comer de los granos de trigo almacenados ahí. Pero después de la
muerte de José el pueblo Egipcio esclaviza al pueblo de Israel durante 400 años del 1650 al 1250 a.C.; el
pueblo de Israel fue esclavo de Egipto esperando la manifestación del poder de
Dios y la libertad hasta la llegada de Moisés en el 1250 a.C. quien será el
instrumento de la liberación de Dios.
d) Duración y significado del Éxodo.-
Deuteronomio 8,2: “Acuérdate del largo camino que el
Señor, tu Dios, te hizo recorrer por el desierto durante esos cuarenta años.
Allí él te afligió y te puso a prueba, para conocer el fondo de tu corazón y
ver si eres capaz y no de guardar sus mandamientos. Te afligió y te hizo sentir
hambre, pero te dio a comer el maná, ese alimento que ni tú ni tus padres
conocían, para enseñarte que el hombre no vive solamente de pan, sino de todo
lo que sale de la boca del Señor.”
e) Ayuno de Moisés en el monte Sinaí.- Éxodo
34,28: “Moisés estuvo allí con el
Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. Y escribió sobre las
tablas las palabras de la alianza, es decir, los diez Mandamientos.
f) Duración de la Exploración de la tierra
de Canaán.- Números 13,25: “Y volvieron de reconocer la
tierra al fin de cuarenta días.”
g)
Tiempo
de purificación por la infidelidad.- Números 14,33-34: “Mientras tanto, sus hijos andarán vagando por el desierto durante
cuarenta años, sufriendo por las prostituciones de ustedes, hasta que el último
cadáver quede tendido en el desierto. Ustedes cargarán con su culpa durante
cuarenta años, por los cuarenta días que emplearon en explorar la tierra: a
razón de un año por cada día. Entonces conocerán lo que significa rebelarse
contra mí.”
h) Preparación dolorosa para la llegada de
Sansón a salvar a Israel.- Jueces 13,1. “Los hijos de Israel
volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Dios; y el Señor los entregó en mano
de los filisteos por cuarenta años.”
i) Tiempo de
Conversión predicado por el profeta Jonás.- Jonás 3,4-6.
“Jonás comenzó a internarse
en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: «Dentro de cuarenta
días, Nínive será destruida». Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con
ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia
llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura
real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza.”
j) Los cuarenta días de Elías en la
montaña como preparación para su encuentro con Dios.- 1
Re 19,8: “Elías se levantó, comió y
bebió, y fortalecido por ese alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches
hasta la montaña de Dios, el Horeb.”
k) Tiempo de amenaza de Goliat al pueblo
de Israel.- 1 Samuel 17,16: “Venía, pues, aquel filisteo
(Goliat) por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.”
l) Tiempo de Reinado de David sobre
Israel.- 2 Samuel 5,4. “Era David de treinta años cuando comenzó
a reinar, y reinó cuarenta años.”
m) Tiempo de Reinado de Salomón sobre
Israel.- 1 Reyes 11,42: “Los días que Salomón reinó en Jerusalén
sobre todo Israel fueron cuarenta años.”
Así encontramos como el numero cuarenta es
usado en la biblia para designar el tiempo adecuado para algo…, como el tiempo
de Dios, una espera de preparación para el encuentro con Dios, la liberación de
la esclavitud, la purificación del corazón, tiempo de prueba, tiempo de
transición entre la muerte de nuestro mundo y la recepción del nuevo mundo que
Dios nos da, tiempo de ayuno para un acontecimiento muy importante, tiempo de
espera para un libertador, tiempo de majestad de Dios, tiempo del hombre.
Principalmente el ejemplo de Moisés, Elías
y Cristo debe haber constituido una gran influencia al fijar el
tiempo de cuarenta días (Cfr. número 540 del Catecismo de la Iglesia Católica).
El sentido Cristológico de la Cuaresma
También en el ambiente cristiano la cuaresma
surge como símbolo de tres acontecimientos característicos de la misión
Salvífica de Jesús, entenderlos nos llevara a comprender mejor la cuaresma:
a) Los
cuarenta días de ayuno que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida
pública.-
Mateo 4,2: “Y después de haber ayunado
cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.” Esta es la cuaresma de Jesús, en
que durante cuarenta días sufrió en el desierto. Este acontecimiento es de
vital importancia si queremos entender al maestro ya que no es una mera
cuestión humana la decisión de ir al desierto sino que fue llevado por el
Espíritu de Dios al desierto para ser tentado por el Diablo.
En las tentaciones de Jesús encontramos las
tentaciones que Satanás dirige al hombre actual. Tres son las tentaciones que
el maligno dirige al hombre para su perdición:
El
Placer.-
“Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas
piedras se conviertan en panes». Jesús le respondió: «Está escrito: "El
hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios"». (Mt 4,3-4)
Todos nosotros somos tentados por Satanás
quien nos lleva a sentir y a experimentar todos los placeres y a quedarnos en
ellos. ¿Cuánto de lo que realizamos en nuestra vida lo hacemos solo por placer?
¿Cuántas parejas hemos tenido que no amamos sino solo las utilizamos para
nuestro placer propio? ¿Cuántos lujos, excesos y derroches son producto en
nuestra vida de solo querer experimentar lo placentero? Drogas, Alcohol,
Cigarro, Lujos, Viajes, Comidas, Sexo, etc. El mundo es una radiografía de la
profunda necesidad del hombre de solo sentir y de adorar lo sensible
despreciando lo espiritual.
En nuestros días la pornografía, la
masturbación, el sexo desenfrenado, el aborto, las desviaciones sexuales y en
general todos los pecados derivados del sexo son la tentación más fuerte de la
humanidad.
El
Poder.-
“Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más
alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque
está escrito: "Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus
manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"». Jesús le
respondió: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».
(Mt 4,5-7).
Cuantos hombres también hoy caen en la
tentación del poder desmedido y buscan en las ambiciones políticas, en el subir
de puesto en el ámbito profesional y en los puestos en Iglesia el poder que
pervierte al hombre y lo denigra de su condición de semejanza con Dios. Andamos
tan preocupados por el poder temporal que hasta en las elecciones nos separamos
y peleamos entre cristianos por estar tan idiotizados por esta tentación.
En la familia también la mayoría de
discusiones tienen un trasfondo de búsqueda desmedida de poder y de siempre
tener la razón sobre mi pareja.
El
Poseer.- “El
demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los
reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te
postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está
escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».
(Mt 4, 8-9)
Esta es la tentación más común y con más
derivaciones ya que estamos tan tendientes a buscar lo material y a aferrarnos
a nuestros bienes materiales que hacemos todo lo posible en nuestra vida para
tener un buen trabajo, ganar más dinero, comprar ropa, artículos de lujo y en
general productos que en nada nos sirven pero nos introducen en un mundo de
sueños donde creemos que un hombre vale por cómo se viste, por el coche que
tiene, por la casa donde vive y por el dinero que gana. Es la triste realidad
de nuestro mundo. Queremos tener mucho y mientras más tenemos más queremos.
b) El
transcurso de Jesús de la muerte a la Vida.-
Aunque
también es posible que se reflexionara en el hecho de que Cristo duró
cuarenta horas en la tumba. De acuerdo a Mateo, Jesús estuvo en la tumba tres
días y tres noches: Mateo 12,40: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del
gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón
de la tierra tres días y tres noches.” Pero Jesús estuvo muerto menos de tres
días y tres noches de acuerdo a los evangelistas. Mateo 28,1 dice: “Pasado el
día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María
Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.” A su vez Marcos 16,2 dice: “Y
muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el
sol.” Lucas 24,1 por su parte menciona: “El primer día de la semana, muy de
mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían
preparado, y algunas otras mujeres con ellas.” Y Juan 20,1 comenta: “El primer
día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al
sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.”
Lo cual quiere decir que al amanecer del
Domingo que es el primer día de la semana, dice Marcos y Lucas que era muy de
mañana, de acuerdo a Juan era todavía oscuro y Marcos dice que ya había salido
el sol, en todo caso hablamos de que la resurrección de Cristo ocurrió en el
día domingo a una hora en el transcurso entre la madrugada aun oscura y la
salida del sol.
Recordemos que la forma como los Judíos
cuentan el día es de atardecer a atardecer (De 6:00 de la tarde a 6:00 de la
tarde del día siguiente). Jesús estuvo en la cruz de la hora sexta o sea las 12
del día hasta la hora nona que son las 3 de la tarde (Cfr. Mt 27,45-50; Mc
15,33-37; Lc 23,44-46). Lo cual quiere decir que murió a las 3 de la tarde del
viernes judío faltando tres horas para las seis de la tarde en que acabara el
día. Esas tres horas más las 24 horas del día sábado judío que van de las 6pm
de nuestro día viernes a las 6pm de nuestro día Sábado suman 27 horas. Ahora
bien de las 6pm de nuestro día sábado a las 6 o 7 de la mañana que era el
amanecer del primer día de la semana judía (Domingo) tuvieron que pasar doce o
trece horas. Y siendo que 27 más 13 nos dan un total de 40 horas, podemos
pensar que Jesús resucito a las 7 de la mañana al salir el sol y que por eso
los discípulos habrán venerado ese tiempo de espera en que estaba muerto el
maestro y experimentaron todo tipo de sufrimientos hasta que llego el día de
gozo en que el Señor resucito de entre los muertos.
De tal manera que Jesús murió el viernes
judío y resucito el primer día de la semana judía el domingo, siendo estos tres
días judíos.
Este transcurso de la muerte a la vida es
para el cristiano el más grande símbolo de conversión. Dios nos llama en la
cuaresma de nuestra vida (todos los días de ella) a abandonar el pecado
renunciando a Satanás y a todas sus obras para pasar del castigo que merecíamos
por nuestros pecados (Rom 6,23) a la vida en abundancia que Dios nos tiene
reservada al tener a Cristo como centro de nuestra vida (Jn 10,10).
c) El
tiempo que duraron las apariciones de Jesús Resucitado.-
Hechos 1,3. “Después de su Pasión, Jesús se
manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta
días se le apareció y les habló del Reino de Dios.”
Este tiempo significa el tiempo de
cumplimiento de las promesas del Señor en que el cristiano debe acoger con su
fe que Jesús es la verdadera vida y ha vencido a la muerte. Por eso puede y
quiere darnos vida y vida en abundancia, solo falta que queramos recibirla.
Inicio y Fin del
tiempo Cuaresmal
La Cuaresma dura 40 días; comienza el
miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana
Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo,
hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que
debemos vivir como hijos de Dios.
El miércoles de Ceniza
En los primeros años de la Iglesia como ya
mencionamos la duración de la Cuaresma variaba. Comenzaba seis semanas antes
del domingo de Pascua. Por tanto, un domingo llamado, precisamente, domingo de
cuadragésima.
En los siglos VI-VII cobró gran importancia
el ayuno como práctica cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los
orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del
Día del Señor. ¿Cómo hacer entonces para respetar el domingo y, a la vez, tener
cuarenta días efectivos de ayuno durante la cuaresma? Para resolver este
asunto, en el siglo VII, se agregaron cuatro días más a la cuaresma, antes
del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el
ayuno de Cristo en el desierto. (Si uno cuenta los días que van del Miércoles
de Ceniza al Sábado Santo y le resta los seis domingos, le dará exactamente
cuarenta).
Así la Iglesia empezó la costumbre de
iniciar la Cuaresma con el miércoles de Ceniza, costumbre muy arraigada y
querida por el pueblo cristiano.
El miércoles de Ceniza en la Iglesia
Católica es el primer día de la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua. En
este día se inicia un tiempo espiritual particularmente importante para todo
cristiano que quiera prepararse dignamente para vivir el Misterio Pascual, es
decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
También en los primeros siglos de la Iglesia
en Roma, existía la práctica de que los “penitentes” (grupo de pecadores que
querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, a las puertas de la
Pascua), comenzaran su penitencia pública el primer día de la Cuaresma. Ellos
eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos
hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el jueves antes de
la Pascua.
Estas prácticas cayeron en desuso (del siglo
VIII al X). Entonces, en el siglo XI, desaparecida ya la institución de los
penitentes como grupo, viendo que el símbolo de la imposición de la ceniza al
iniciar la Cuaresma era bueno, se empezó a realizar este rito para todos los
cristianos, de modo que toda la comunidad se reconocía pecadora, dispuesta a
emprender el camino de la conversión cuaresmal.
Por algún tiempo la imposición de la ceniza
se realizaba al principio de la celebración litúrgica o independientemente de
ella. En la última reforma litúrgica se reorganizó el rito de la imposición de
la ceniza con el objetivo de que sea un símbolo más expresivo y pedagógico para
los fieles, pasándose a realizar después de las lecturas bíblicas y de la
homilía, las cuales nos ayudan a entender el profundo significado de lo que
estamos viviendo. La Palabra de Dios, en ese día, nos invita a la conversión.
El deseo de convertirnos y volver al Señor es lo que da contenido y sentido al
gesto de las cenizas.
Las cenizas usadas para la cruz que
recibimos en la frente son obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo
de Ramos del año anterior.
Este tiempo del Año Litúrgico, la Cuaresma,
se caracteriza por el llamado a la conversión. Si escuchamos con atención la
Palabra de Dios durante este tiempo, descubriremos la voz del Señor que nos
llama a la conversión.
Por eso es elocuente empezar este tiempo con
el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, acompañado de las palabras
“Convertíos y creed en el Evangelio” y de la expresión “Acuérdate que eres
polvo y al polvo volverás”, nos invita a todos a reflexionar acerca del deber
de la conversión, recordándonos la fragilidad de nuestra vida aquí en la
tierra.
Significado
simbólico de la Ceniza
La ceniza, del latín “cinis”, es producto de
la combustión de algo por el fuego. Por extensión, pues, representa la conciencia
de la nada, de la muerte, de la caducidad del ser humano, y en sentido
trasladado, de humildad y penitencia.
Ya podemos apreciar esta simbología en los
comienzos de la historia de la Salvación cuando leemos en el libro del Génesis
que “Dios formó al hombre con polvo de la tierra” (Gen 2,7). Eso es lo que
significa el nombre de “Adán”. Y se le recuerda enseguida que ése es
precisamente su fin: “hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho”
(Gn 3,19). En Gén 18, 27 Abraham dirá: “en verdad soy polvo y ceniza. En Jonás
3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de
Nínive. La ceniza significa también el sufrimiento, el luto, el
arrepentimiento. En Job (Jb 42,6) es explícitamente signo de dolor y de
penitencia. De aquí se desprendió la costumbre, por largo tiempo conservada en
los monasterios, de extender a los moribundos en el suelo recubierto con ceniza
dispuesta en forma de cruz.
El gesto simbólico de la imposición de
ceniza en la frente, se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita
a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de
preparación para la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el
fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse
en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de
Cristo.
Por eso cuando nos acerquemos a recibir las
cenizas, meditemos muy bien en nuestro corazón las palabras que pronunciará el
celebrante al imponérnoslas en forma de Cruz: “Arrepiéntete y cree en el
Evangelio” (Mc 1,15) y “Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver”
(Gn 3,19). Para que de verdad sea un signo y unas palabras que nos lleven a
descubrir nuestra caducidad, nuestro deseo y necesidad de conversión y
aceptación del Evangelio, y el deseo de recibir la novedad de vida que Cristo
cada año quiere comunicarnos en la Pascua.
Extracto de mi Libro: La Cuaresma, Tiempo de Reflexión, Conversión y Reconciliación para Preparar la Pascua del Señor
Victor Hugo Mena Hernandez
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