PREGUNTA:
¿ES MALO O
PROHIBIDO EN LA IGLESIA UTILIZAR CANTOS PROTESTANTES?

Debemos tener una actitud abierta ecuménicamente con nuestros hermanos esperados, reconocer su dones e incluso estar dispuestos a imitar lo bueno si es necesario en cuanto a esos dones, pero no confundir los papeles, no obscurecer la realidad de la profundidad doctrinal, la plenitud de la revelación que descansa en la Iglesia católica, en tanto que los protestantes tienen siempre algún limitante en esa doctrina, una cosa es ser abiertos en el amor fraterno y en la búsqueda ecuménica y otra es mezclarse sin criterios ni discernimiento y hacer un “revoltijo de creencias”. Nosotros no tenemos que tener miedo de enfrentar la búsqueda de la verdad pero necesitamos formarnos en profundidad para no quedar confundidos ante los planteamientos de nuestros hermanos separados.
Bueno primero que nada
quisiera hacer notar que no es una sola pregunta sino por lo menos dos las que
me haces en este planteamiento y que serian las siguientes:
¿Está prohibida la música y cantos Protestante en las
celebraciones litúrgicas?
Definitivamente si,
dicha música protestante está prohibida en la liturgia católica. De hecho la
liturgia no sirve para nada a los protestantes; ya que según ellos la gracia
nos viene por el puro acto de fe, lo demás no tiene importancia. Para el
católico también la base es la fe en Cristo, él es nuestro Salvador, él dio su
vida por nosotros, pero además él fundó la Iglesia que tiene una densidad
salvífica. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo y su acción trae la gracia de
Dios, no solamente la fe de los que van a la Eucaristía produce la presencia
viva, real y salvífica de Cristo en ella sino que la acción del Ministro
ordenado, la celebración de la Cena del Señor, nos hace entrar cada vez de
nuevo en ella y recibir sus beneficios espirituales. En otras palabras, en cada
Eucaristía Jesús está salvándonos de verdad, su presencia no se termina nunca
para los que lo buscan en ella. El católico para buscar la salvación hace el
acto de fe sincera en Cristo Salvador, pero lo busca de recibir concretamente y
realmente en la Eucaristía. Un católico de verdad no puede vivir sin la
Eucaristía. Según nos dice el Concilio Vaticano II la Eucaristía es el centro y
el culmen de la vida cristiana (Cf. PO II,5). De ella nos alimentamos y en ella
expresamos más plenamente nuestra fe. Entonces ¿Como tener e la eucaristía como
centro de nuestra vida y expresar plenamente en ella nuestra fe si utilizamos
cantos y música de hermanos que se han separado de la Iglesia y que niegan la
efectividad del sacramento de la eucaristía y de los demás en que intentamos
usar dichos cantos?
Aun así, conviene
citar para entender esta prohibición primeramente a la Constitución Sacrasanctum Concilium del Concilio
Vaticano II sobre la Sagrada Liturgia que en su artículo 22 reglamenta que solo
la Jerarquía puede introducir cambios en la liturgia, en ese mismo artículo el
numeral 3 menciona: “Por lo mismo, nadie,
aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia
en la Liturgia.”
Y aunque la música es
una parte importante de la liturgia como lo menciona la propia constitución
citada: “La tradición musical de la
Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale
entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado,
unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia
solemne” (Sacrosanctum Concilium 112), sin embargo; al igual que todos los
elementos de la liturgia debe cumplir con su finalidad en orden a ser útil y
necesaria para dichos actos, y esta finalidad en la música sacra es doble: La gloria de Dios y la santificación de los
fieles. Menciona además la constitución en este mismo número 112 que esta
música sacra “será tanto más santa cuanto
más íntimamente esté unida a la acción litúrgica, ya sea expresando con mayor
delicadeza la oración o fomentando la unanimidad, ya sea enriqueciendo la mayor
solemnidad los ritos sagrados”, de manera que no le es posible a la música
protestante llevar a los fieles a la santificación y dar la gloria a Dios en
las celebraciones porque no está unida a la acción litúrgica sino proviene de
un núcleo sectario que se opone a ella, tampoco puede fomentar la unanimidad
porque ha sido creada para sustituir a la liturgia en el culto protestante, ni
pudiera tampoco enriquecer la mayor solemnidad de los ritos sagrados
simplemente porque no fue hecha para ese fin como la música católica litúrgica
que ha sido pensada específicamente para exaltar la solemnidad de cada parte de
las celebraciones litúrgicas.
A esta doble finalidad
el Papa Benedicto XVI agregara otra que ha estado presente siempre en la
Iglesia, en su carta con ocasión del Centenario del Instituto Pontificio de
Música Sacra: los criterios fundamentales
de la tradición, mismos que menciona en cinco puntos en el documento, de
los cuales solo señalaremos los dos primeros:
· El sentido de la oración, de la
dignidad y de la belleza;
· La plena adhesión a los textos y a los gestos litúrgicos;
Entendemos de estos
planteamientos del Magisterio de la Iglesia como no está permitido que se
introduzcan los cantos protestantes en las celebraciones litúrgicas toda vez
que no hay plena adhesión por parte de estos a los textos y los gestos
litúrgicos ya que provienen de una fe que niega toda celebración litúrgica, así
como la veracidad de los sacramentos y no les da ninguna importancia. De igual
forma los cantos protestantes no respetan el sentido de la dignidad de la
liturgia por las razones ya mencionadas.
Tenemos pues que
preguntarnos siempre: ¿quién es el auténtico sujeto de la liturgia? La
respuesta es sencilla: la Iglesia. No es el individuo o el grupo que celebra la
liturgia, sino que esta es ante todo acción de Dios a través de la Iglesia, que
tiene su historia, su rica tradición y su creatividad. La liturgia, y en
consecuencia la música sacra, vive de una relación correcta y constante entre sana traditio y legitima progressio, teniendo siempre muy presente que estos dos
conceptos —que los padres conciliares claramente subrayaban— se integran
mutuamente porque la tradición es una realidad viva y por ello incluye en sí
misma el principio del desarrollo, del progreso, mas no la inclusión de
elementos aceptados por los fieles pero que desentonan con el objetivo y razón
de ser de la liturgia como la mencionada música protestante.
Esto se menciona
porque para los católicos la música está completamente al servicio de la
celebración litúrgica, el centro de todo es la liturgia en sí, no la música.
Para el protestante la música es en sí misma salvífica, es en cierta forma como
una predicación, tiene que llevar al creyente a una experiencia de Dios, de fe
auténtica, porque ellos no apuntan a la Eucaristía, porque no creen en ella en
el sentido que realmente tiene.
Por otro lado la
Instrucción “Musicam Sacram” de 1967 aunque no menciona directamente la
prohibición de cantos protestantes en la liturgia (ya que cuando se hizo no
existía este problema y la misma instrucción no contempla lo que no pertenece a
la liturgia) si define en el art. 4 inciso “a” lo que es la música sagrada que
es la única que puede utilizarse en las celebraciones litúrgicas: “Se entiende por música sagrada aquella que,
creada para la celebración del culto divino, posee las cualidades de santidad y
de perfección de las formas”. Estas cualidades son las contenidas en el
art. 112 de la Sacrosanctum Concilium.
Y desde esta perspectiva debido a que los cantos protestantes no fueron creados
para el culto divino en la liturgia, ni cumplen con las cualidades antes
mencionadas, no son aptos para la liturgia. Espero haya quedado claro, ahora
abordare la segunda cuestión:
¿Está prohibido o es malo en la Iglesia utilizar cantos protestantes
en las Horas Santas, Reuniones o Asambleas de Oración?
NO ESTÁ PROHIBIDO que
se utilicen cantos protestantes en las asambleas o reuniones de oración, PERO
ESTA MAL UTILIZARLOS. No me refiero a que sean malos en sí mismos estos cantos,
de hecho para la espiritualidad protestante son muy buenos, pero no todo lo que
es bueno para ellos lo es para nosotros. Es decir, DENTRO DE LA IGLESIA NO ES
EN NADA RECOMENDABLE ESCUCHAR MÚSICA Y CANTOS PROTESTANTES EN ESTAS REUNIONES
DE ORACIÓN POR LAS SIGUIENTES RAZONES:
PRIMERA. EL LIBRE EXAMEN DEL QUE PROVIENEN:
El protestantismo
tiene un principio de fe que heredo de los reformadores protestantes como
Martin Lutero llamado la “Sola Scriptura”,
que consiste en creer que solo la Sagrada Escritura contiene la revelación
divina y la Palabra de Dios. Nosotros como católicos creemos que no solo la
Sagrada Escritura sino también la Sagrada Tradición contiene la Revelación
Divina y que de acuerdo a la Biblia y a la tradición Jesús encargo al
Magisterio de la Iglesia su legítima interpretación. Pero los protestantes al
rechazar al Magisterio de la Iglesia como intérprete legitimo tuvieron que
proponer la doctrina del libre examen, esta doctrina sostiene que al leer la
biblia y Dios me habla directamente y sin ningún intermediario, y lo que yo
interpreto es la interpretación verdadera y legitima de la Biblia y lo que Dios
quiere para mí; el problema es que en el protestantismo cada quien interpreta
como mejor le parece, y como todo lo que cada uno en su libre examen interpreta
es verdad para ellos, entonces todo lo que uno pudiera interpretar de la biblia
es válido, porque es tu verdad, y la contradicción más grande, mas vergonzosa y
más peligrosa del protestantismo es ver a cientos protestantes cada uno
diciendo que la Palabra de Dios se interpreta sola, que es clarísima, que no
deja dudas su interpretación y aun así cada uno diciendo una cosa distinta, cada
uno con su propia enseñanza, lo que ha dado lugar a terribles desviaciones del
mensaje y deformaciones aberrantes producidas por interpretaciones retorcidas
de la Sagrada Escritura como la validez del matrimonio gay, la posibilidad de
fornicación dentro del matrimonio o la aceptación de actos sexuales contrarios
a la naturaleza, la disipación de la fidelidad matrimonial, el matrimonio entre
primos y parientes, la búsqueda desmedida de milagros satisfaciendo únicamente
la voluntad del hombre, la justificación del enriquecimiento y el disfrute de
los placeres del mundo, etc.
Y la música protestante
contiene estos grandes errores de interpretación que confunden al que no conoce
bien su fe y no sabe los errores y desviaciones del protestantismo. Pongamos algunos ejemplos de errores en las
canciones:
a) En la canción “Levanto mis Manos” de Samuel Hernández
el cantante dice: “Cuando levanto mis
manos comienzo a sentir una unción que me hace cantar, cuando
levanto mis manos comienzo a sentir el fuego. Cuando levanto mi
manos mis cargas se van, nuevas fuerzas tú me das, todo esto
posible, todo esto es posible, cuando levanto mis manos.” Como
si el hecho de levantar las manos comunicara la gracia o transmitiera la unción
de Dios como por arte de magia, esto en sintonía con la mentalidad protestante
que al negar los sacramentos requiere de una experiencia sensible para
experimentar a Dios, refugiándose en la música como para suplir el hueco tan
grande que la falta de liturgia y celebraciones sacramentales les han dejado.
Es de entenderse que en medio de su acto más sublime al que ellos llaman el “culto”
consistente en la predicación y la oración con fondo musical, ellos busquen la comunicación
de la vida divina y de la gracia a través de signos sensibles como el levantar
las manos, el agitarlas, el imponerlas sobre otros, el bailar al ritmo de la música,
el abrazarse, el tocar su corazón, etc; y den a estos simples signos la
eficacia que no tienen y que es propia de los sacramentos católicos que si
comunican eficazmente esta presencia de Dios real y verdadera, que si
transmiten la gracia directamente, que si hacen presente el poder del Espíritu
Santo como un fuego dentro del corazón del hombre que le revitaliza y le da
fuerzas para continuar. Al no tener lo real y verdadero sustituyen esto por lo
imaginario y sugestivo de estos gestos con las manos, aunque en realidad no
tengan la capacidad de comunicar la gracia y la unción.
b) En la canción “Preciosa Sangre” de Jesús Adrian Romero
el cantante dice: “Preciosa
sangre que mi vida cambio, mis pecados, mis culpas lavo.... ha
quedado atrás el pasado sin Dios”. Un protestante cree que la sangre de
Cristo le cubre, exactamente eso decía Lutero, mientras que nosotros creemos
que no solamente nos cubre como algo meramente externo sino que nos transforma
interiormente y nos santifica; mientras que ellos creen que su pecado es
perdonado pero no limpiado, nosotros los católicos creemos que la Sangre de
Cristo al cubrirnos nos limpia verdaderamente, nos purifica, nos santifica y
extermina el pecado en nosotros, no solo nos perdona.. Estas y otras frases
como: "solo Jesús salva"; "somos salvos por la fe"
"soy salvo" son producto del protestantismo. Mientras que para el
protestante cubrirse con la sangre de Cristo equivale al perdón de los pecados
nosotros creemos que el perdón de Dios es tan real y tan grande que toca
nuestra carne y nuestro cuerpo y santifica todo nuestro ser por eso nuestras
acciones tienen una propiedad santificadora en nosotros, pero los protestantes
no lo creen así, para ellos las acciones que realizan no tienen nada que ver
para su santificación, por lo tanto no es necesario estrictamente para ellos el
obrar santamente sino solo la fe como acceso a la salvación, mientras que
nosotros creemos que la fe es el inicio
de la salvación pero hay que vivirla todos nuestros días a través de la
caridad y la coherencia cristiana, para ellos la salvación ya está dada definitivamente
independientemente de lo que hagan, pero para nosotros todos los días de
nuestra vida tenemos que trabajar por nuestra salvación ya que no solo la
profesión de fe sino la vida de acuerdo a esa profesión en la que nos abre el
camino a la salvación.
c) En la canción “No hace falta Nada” de Pedro Neira el
cantante dice: “Al tenerte a ti lo tengo
todo eres todo lo que necesito llenas cada espacio de mi vida colmas mis
anhelos más profundos no hace falta nada cuando estoy contigo la vida es muy
hermosa cuando estás conmigo nada, nada, no hace falta nada, no hace falta
nada, solo junto a ti estoy completo”. La canción parece muy hermosa pero
la voluntad de Dios ha querido que vivamos la salvación en comunidad y apoyados
los unos con los otros. Jesucristo ha querido que valoremos al hermano y nos
necesitemos unos a otros creciendo juntos. Al igual que esto ha instituido el
Señor los sacramentos como acciones salvadoras que comunican eficazmente la
gracia y la vida divina, y los ha propuesto en el evangelio como necesarios
para nuestra salvación. Ha dejado Cristo también a María como auxilio nuestro y
fortaleza del cristiano ante los ataques de la fe, pues así como el mismo requirió
del amor de madre de María santísima, ha querido que nosotros nos completemos
en ese amor como lo hizo el, por eso la ha dejado como tesoro de su Iglesia. También
Jesús nos ha mostrado a la Única Iglesia que el fundo como necesaria para
nuestra salvación pues nos ofrece todos los auxilios para alcanzar la gracia,
como el sacramento de la reconciliación en donde nos perdona nuestros pecados y
nos envía a no pecar más.
Por lo mismo que hemos
aclarado la tendencia general de la música protestante será más individualista,
intimista, a fomentar una relación individual con Dios, directa, sin tomar en
cuenta la Iglesia ni los sacramentos; tratará de basarse en la sola Escritura,
haciendo interpretaciones totalmente desde el punto de vista personal del
autor, haciendo a través de esta interpretación aislada que la biblia diga prácticamente
lo que uno quiera.
SEGUNDA. ESTÁ BASADA EN UNA DOCTRINA CONTRARIA A LA NUESTRA:
Aunque pudiera parecer
inofensiva porque habla de Dios, la música protestante reviste un gran
problema: Brota de una doctrina y unos principios de fe contrarios e
incompatibles con los nuestros. Principalmente en lo que hace a la salvación ya
que los protestantes creen que solo la fe salva, la fe como un acto de
aceptación y asentimiento de la voluntad a Cristo, y que con solo aceptarlo ya
estas salvado aunque sigas pecando y tu cuerpo siga preso de las pasiones (que
fácil seria). Pero los católicos creemos y sabemos que no solo la fe salva sino
también las “obras”, es decir, el vivir de acuerdo a esa fe y dar testimonio de
vida en caridad.
Como hemos dicho el
protestante en general busca su salvación personal por la pura fe y no toma
mucho en cuenta al hermano a menos que no sea para llevarlo a su fe
protestante, incluso en las obras de misericordia de ellos su interés más
profundo es la conversión de las personas a su fe. Un gran teólogo, el más
importante del siglo XX, que era protestante reformado, Carl Barth, dijo un
día: “la diferencia entre un católico y un protestante es que el católico da la
vida por su hermano”.
Este aspecto de la caridad, de atender al prójimo, de servirlo, está en el corazón del catolicismo, nos salvamos no simplemente por un acto de fe sino que tenemos que amar al hermano, lo que le hagamos al hermano se lo estamos haciendo a Dios, como dice Juan el Evangelista: Quien dice que ama a Dios a quien no ve y no ama al hermano a quien ve es un mentiroso (Cf. 1 Jn 4,20). Es decir, que para el católico el amor al hermano es esencial en el proceso de la salvación y si no se da está demostrando que en verdad no amamos a Dios y por lo tanto no debemos ilusionarnos de que ya estamos salvados si no amamos de verdad al hermano. De hecho las obras de misericordia en general son de los católicos; los protestantes no las hacen, porque su interés básico es salvarse por medio de la fe.
Ahora bien, cualquier
género musical y dentro de ellos la música protestante no sólo se escucha, sino
que contiene otras formas relacionadas con el universo cultural del hombre. La
música religiosa genera un amplio y múltiple espectro de comunicación y de
relación social. Así, la música genera formas participativas al carácter
alternativo y al ordenamiento de la sociedad en su conjunto: modos de habla,
mensajes de las canciones, lugares de encuentro, vestuario, tipos de consumo,
espacio de masas, concepciones estéticas, formas de calificar y descalificar la
realidad, concepciones de lo que es bueno o malo, de lo que verdadero o falso,
etc; en fin la música despierta también una gama de sentimientos que influyen
en nuestra forma de ser. Es por eso que la música que escucha un individuo está
relacionada directamente con su personalidad. Por eso la música protestante
puede inferir tanto en nosotros aun inconscientemente, generando en nosotros
sentimientos de aceptación incondicional al núcleo religioso del que emano y
con esto a la doctrina que enseña determinada secta.
La música constituye
un referente importante de la cultura juvenil sin importar el grupo o clase
social. Y no sólo implica escuchar sino que se relaciona con la imagen del
joven, con su forma de relacionarse y de comunicarse. Hemos visto una
proliferación de grupos juveniles católicos que se identifican alrededor de los
diferentes géneros musicales: rap cristiano, rock cristiano, pop cristiano, reggaeton,
etc. En donde los que la escuchan terminan convencidos de todos los
planteamientos de sus autores y más peligroso aun, terminan con la duda de si
en verdad la Iglesia católica posee la verdad o si esta desviada un poco de
ella.
TERCERA. FOMENTA EL RELATIVISMO Y LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD
CATÓLICA:
El relativismo,
en sentido amplio, es el concepto que sostiene que los puntos de vista no
tienen verdad ni validez universal, sino sólo una validez subjetiva y relativa
a los diferentes marcos de referencia. En general, las discusiones sobre el
relativismo se centran en cuestiones concretas; así, sus seguidores pueden
considerar que no hay verdad objetiva, dependiendo siempre la validez de un
juicio de las condiciones en que este se enuncia; o el relativismo moral,
que sostiene que no hay bien o mal absolutos, sino dependientes de las
circunstancias concretas.
El relativismo ha
alcanzado a muchos católicos, para quienes da lo mismo cantar temas católicos
que protestantes. No ven la diferencia, o si la ven no les importa, y se dejan
llevar por el puro sentimiento o gusto. Pensando que pueden hacer lo que ellos
les guste bajo la justificación de que ellos no lo ven mal.
La identidad católica
se pierde por dos cosas:
1) Por asimilar como
verdaderas, las doctrinas contrarias a nuestra fe;
2) Por dejar de
sentirte parte de la Iglesia al identificarte más con el protestantismo y
sentirte parte de esa congregación.
La identidad nos tiene
que llevar a ser hombres de fe, comprometidos para practicar la doctrina, para
enseñar la doctrina y sobre todo para dar a conocer a los que nos ven lo que
Dios nos ha dado a través de la Iglesia, la única que Cristo fundo. Como
católicos no necesitamos de cantos protestantes para embellecer nuestros actos
religiosos. Nosotros tenemos muchos géneros de música. Tenemos música
Gregoriana (los protestantes no). Tenemos música litúrgica (los protestantes
no). Tenemos cantos marianos (los protestantes no).Y música de evangelización
(lo cual es lo único que tienen ellos).
Lo alarmante del
asunto es que muchos jóvenes ya han perdido su identidad católica al
identificarse tanto con los cantos protestantes que terminan por acogerlos como
propios desvalorando la música católica y los medios de evangelización dentro
de la Iglesia.
CUARTA. FAVORECE LA PÉRDIDA DEL SENTIDO REAL DE LA MÚSICA CRISTIANA
POR EL MERO CONSUMISMO:
La época moderna ha
dejado sin lugar los sueños y las historias, pues lo que importa es consumir.
Consumir música comercial, que por lo general, es vacía, efímera y desechable.
Los cantantes y grupos protestantes han entrado en la dinámica de mundanizar su
ambiente y su contenido para hacer más llamativa y más comercial su producción
musical aunque pierda su sentido profundo. Muestra de esto es la participación
en ella de músicos mundanos sin ninguna evangelización y sin conversión al
Señor en aras de una mejor musicalización. Es malo entonces el pensamiento
generalizado entre católicos de que la música protestante es mejor que la
nuestra, ya que es más importante la unción que la producción profesional de
materiales musicales. En esto hay que entender que los protestantes tienen 500
años de desarrollo musical más fuerte que los católicos, no debemos
escandalizarnos ni extrañarnos de ello, pero eso no implica que su actitud
eclesial y doctrinal sea más profunda, o que sus iglesias a la larga sean más
fuertes y perseverantes.
Sin embargo, muchos
lejos de apoyar la música católica que pertenece a nuestra Iglesia y nuestra
fe; apoyamos económicamente a los cantantes y grupos protestantes siendo que la
mayoría de ellos son artistas solamente en todo el sentido de la palabra y lo
que hacen no lo realizan por fe sino con intereses económicos específicos.
Detrás de los cantos protestantes existe toda una industria, un trabajo de publicidad
y calidad en musicalización y grabación notablemente atrayentes, sin embargo
debemos tener en cuenta que al comprarlos estamos fomentando los crecientes
ataques de estas sectas contra nuestra madre la Iglesia. Ataques destinados a
destruir a la Iglesia satanizándola, degradándola hasta niveles absurdos y
mostrando un odio característico hacia ella. Pero la Iglesia es nuestra madre y
debemos defenderla como cuando ofenden a nuestra madre, ¿Podrías concebir en tu
interior el convertirte como en patrocinador de un hombre que busca hacerle
daño a tu madre aunque parezca bueno? ¿Entonces por que prefieres la música
protestante? ¿Entonces porque mantienes una obra contraria a la voluntad de
Dios con tu dinero al comprar sus discos? Yo no puedo, es por eso que no la
recomiendo.
La música católica,
por el contrario, tiene el poder de contar historias bíblicas, el poder de
recordar los modelos de vida cristiana, de evocar los momentos vividos por
Jesús, de sublimar a Dios y de dejar un mensaje que llegue a movilizar masas de
creyentes. Tenemos una gran riqueza en
música católica cuya eficacia no brota de todo el dinero gastado en la
producción de un disco ni de otros aspectos mundanos sino de la entrega y la
gratuidad con la que se realiza y se escribe. Motivemos a los cantantes y
grupos católicos y no consumamos lo que no nos conviene, lo que pudiera
llevarnos a perder nuestra fe.
De ahí que la
proyección de la música religiosa católica convierte en un elemento poderoso de
evangelización para todos los ministros que la trabajan. Con la música se puede
llevar la Buena Nueva a un número mayor de fieles cristianos y dar testimonio
de fe como ministros del canto religioso. Así que, debemos preferir la música
católica porque que estamos seguros que evangeliza de la música protestante que
solo enriquece a algunos artistas y puede confundirnos.
Al respecto de este
apartado recomiendo ampliamente la predicación de mi hermano en Cristo el
Teólogo Fernando Casanova a radio católica “El
Sembrador” titulado “La Música
Protestante” del que les dejo el link: http://es.gloria.tv/?media=97440.
QUINTA. LA FASCINACIÓN POR LO NUEVO Y LA ATRACCIÓN HACIA EL
PROTESTANTISMO:
Muchos son cautivados
por algo cualitativamente tan distinto de lo que acostumbramos en la
Iglesia católica y tan atrayente como son los ritmos de moda y la
musicalización profesional por parte de estos cantantes protestantes y por esta
razón terminan fascinados por esta forma de vida supuestamente cristiana que
los lleva a un proceso que inicia como identificación y gusto por su música,
pero que después evoluciona en aceptar los mensajes de predicación o enseñanza
de estos artistas protestantes, seguido de la escucha y aceptación de otros
conferencistas o pastores que predican una fe diferente a la nuestra, en
resumen este proceso culmina en identificar a la Iglesia Católica, con sus
ritos y postulados como “algo aburrido”, dejando en segundo término la
participación en la vida y misión de la Iglesia optando por las oraciones,
culto y forma de pensamiento protestante resguardándonos bajo un falso
estandarte de “ecumenismo”. Muchos dicen que cantan cánticos protestantes
porque están llevando a la práctica el ecumenismo que predicó su santidad Juan
Pablo II, ¿es así? Entonar cánticos protestantes no se puede entender como
ecumenismo, y menos del que hablaba el Papa Juan Pablo II, pues éste no es para
escuchar o cantar música protestante. Si fuera este el punto central del
ecumenismo, los “hermanos separados” también interpretarían nuestros cantos,
pero no lo hacen, y bien saben el motivo. Simplemente, ellos si ven reflejada
nuestra doctrina en los cantos. Las consecuencias de esto son muy serias ya que
pensar que la Única Iglesia que Jesús fundo es “aburrida” o “pasada de moda” o
que “no le ofrece nada a los jóvenes” trae aparejado el rechazar la fe inicial
que recibimos en el bautismo y que proviene del mismo Señor Jesús, cambiándola
por otra más atractiva mundanamente hablando. De hecho la música protestante es
el principal gancho con que estas sectas separadas de la Iglesia de Cristo
intentan ganar cada vez más adeptos y hacer crecer a su congregación y he de
decir que les ha funcionado de maravilla, es por eso que en estas
denominaciones protestantes se da demasiado impulso y apoyo no solo económico
sino afectivo, publicitario y doctrinal a estos grupos y cantantes que les
aseguraran la productividad de mas capital del invertido a través de la llegada
de nuevos integrantes que generan más ingreso para la congregación a través de
las ofrendas.
Con todo, estos
peligros se acrecientan con la llegada de la presente época en la que la
sociología ha encontrado que el único lenguaje que entiende la juventud
posmoderna es el de la música. Por lo tanto para todos aquellos jóvenes
que escuchan música protestante esta se convierte en el único canal de acceso a
Dios, canal que debe ser claro y sin confusiones para llevar a cada joven a un
encuentro con Cristo pero con el Cristo vivo, con su evangelio como modelo de
vida cristiana, con su mensaje de salvación totalmente revelado en la verdad y
confiado por el mismo a la Iglesia. La evangelización a través de la música no
depende tanto de que tan buenos sean los músicos o el cantante, ni de que tan
buenos instrumentos o sonido profesional tengan, sino del contenido del mensaje
transmitido a través de la música, ya que si este es el único canal de
evangelización recibido y aceptado por la mayoría de los jóvenes entonces
debemos cuidar demasiado la pureza del mensaje que se comunica y la coherencia
entre el mensaje transmitido y el transmisor del mensaje, como podremos
presentar a la Iglesia una y única si proclamamos abiertamente a través de
nuestras preferencias musicales que no existe una unidad ni siquiera entre los
que evangelizamos.
Para muestra de lo que
la música protestante genera en los jóvenes que sin formación y sin una fe
firme se acercan a ella les dejo un enlace de un artículo titulado “Lo que los
protestantes nos pueden enseñar” en el que el joven que lo escribe, a pesar de
ya ser servidor activo en la Iglesia vierte opiniones de tanta admiración y
seguimiento acérrimo del grupo protestante Hillsong que termina criticando los
esfuerzos católicos como la jornada mundial de la juventud y llamando
“aburrida” a la Iglesia de Cristo que es su cuerpo místico en la tierra y dice
entre otras cosas que “los católicos pecamos de pesados, aburridos e
incomprensibles para los jóvenes”, palabras brotadas de un corazón totalmente
cautivado y ganado por el protestantismo a través de su música, nótese al
leerlo los errores doctrinales en que incurre por haberse acercado a dichas
denominaciones sin preparación, la verdad es que no están ya escuchando a un
católico sino a un protestante consumado:
Pero aun así hay
algunos que dicen que no hay peligro en escucharla, quizá por su ignorancia o
porque no han podido percatarse como un servidor de tantos jóvenes que atraídos
por esta música han cambiado su fe bautismal por el error cismático de las
sectas modernas.
ORIENTACIONES SOBRE EL USO DE DICHA MUSICA.
No he querido en ningún
momento condenar la música protestante sino solamente señalar los peligros de
utilizarla. Pero como en todos los casos existen sus excepciones. De hecho hay
varias canciones que se usan en ambas iglesias y sería bastante difícil en este
momento hacer un corte quirúrgico para dividirlas. Grandes compositores tanto
católicos como protestantes, han dado cantos maravillosos en ambos credos, por
ejemplo el “Aleluya” de Hendel es
utilizado ampliamente en muchísimas celebraciones y Hendel era protestante, en
tanto que la música de “Las cuatro
estaciones” es de un monje católico, Vivaldi, y se utiliza en multitud de
eventos, películas y fondos musicales protestantes. Es decir, ya son
universales, ya son de todos, pensemos en “Una
mirada de fe”, el tan famoso “Alabaré”,
“Como corre el río”, etc, En ese punto, en algunas canciones que ya
tenemos como patrimonio dentro del catolicismo y no han causado los problemas
planteados anteriormente no es necesario descontinuar su uso. Hay canciones
protestantes que utilizadas en un contexto católico adquieren su plenitud de
gracia, pensemos en la canción “Te adoro
Jesús” (Al contemplarte a ti en tu divinidad… te adoro a ti, te adoro a
ti…) cantada en una exposición del Santísimo Sacramento, queda espectacular,
aunque tenga origen protestante, pero fuera de ese contexto queda simplemente
como un acto de fe intenso pero desligado completamente de la Eucaristía.
Especialmente consérvense en las oraciones aquellas canciones de otros credos
que durante muchos años han servido para la oración y el encuentro con Cristo
en los movimientos de la Iglesia católica y han comprobado su unción y eficacia.
Pero en general téngase
en cuanta que las canciones protestantes quedan en ese sentido intimista,
individualista, y no aportan demasiado al sentido eclesial, de comunión,
sacramental. Es importante discernir bien que canto se va a utilizar porque
puede influir en la fe de los presentes, puede debilitar el sentido de adhesión
eclesial del creyente a la Iglesia. No se trata simplemente de sacar una
canción del sombrero mágico para tapar un hueco sin ningún discernimiento o
porque a mí me gusta de manera personal.
Otro argumento en
contra del uso de cantos protestantes es que los fieles lo oyen dentro de la
misa, luego en una emisora o programa protestante oyen los mismos cantos y por
allí se pegan y se les va metiendo la doctrina protestante. Esta doctrina
sutilmente va cambiando la mentalidad y en el momento menos pensado le es
lógico al creyente convertirse a protestante.
En general ya los
católicos han reaccionado y están produciendo bastante música, pero aún así no
pocas veces les falta contenido y profundidad doctrinal o son influenciadas por
las canciones protestantes, por una especie de complejo respecto a ellas. En
este momento la actual producción católica suple bastante las necesidades pero
hay que seguir insistiendo y produciendo más, formando a los católicos mejor,
aprovechar cualquier ocasión para formar y así reforzar la Iglesia realmente.
Podemos decir que si
es posible como primera opción es más recomendable no utilizar los cantos
protestantes aunque conscientes de lo dicho anteriormente en cuanto a la mezcla,
después podemos decir que tampoco vamos a hacer un anatema, como un rechazo
radical de este uso, sino más bien concienciar el límite de su doctrina y
ayudar a la gente a madurar en este aspecto, explicando a los grupos, a partir
de las mismas canciones, lo que implica su contenido, a lo que nos lleva como
Iglesia, etc.
Además debemos evitar
el uso de canciones de artistas protestantes famosos que están vigentes en este
momento porque sería como fomentar la cultura protestante actual y el
seguimiento de ellos como maestros o discípulos. También hay que diferenciar
aquellas producciones protestantes que son para el culto y las que son
meramente comerciales como artistas, para entretener, en general las del culto
son las más utilizadas por los católicos.
UNA PALABRA FINAL
La invitación es a
trabajar seriamente en la dimensión litúrgica y musical de la Iglesia, no
quedarse simplemente en el quejarse o anatemizar. Formar a los grupos musicales
de las parroquias, motivarlos para que sean productores y no simplemente
consumidores, darles un mejor nivel doctrinal y concientizarlos para que su
producción sea de mejor calidad y se pueda expandir más fácilmente, fomentar la
participación en festivales pero que incluyan la formación para los grupos,
motivar a los sacerdotes para que den el tesoro que llevan por dentro y enseñen
más a sus fieles en este aspecto, en fin poner a vibrar el don del canto y de
la música, que es don de Dios y mediante ese don hacer a la Iglesia cada vez
más hermosa.
Por lo tanto recomiendo encarecidamente que de
preferencia NO SE UTILICE ni en asambleas, horas santas, ni en grupos o
reuniones de oración (específicamente de la Renovación Carismática que es el
movimiento que más los usa) para no
fomentar una doctrina extraña y peligrosa para los que se acercan a estas
reuniones a menos que hayan sido
revisados adecuadamente. Y en caso
de su uso no se haga del conocimiento público ni que es una canción protestante
ni el autor o cantante que la popularizo, para no fomentar en los que
escuchen o participen de dichas oraciones la búsqueda de ambientes protestantes
no propicios para su adecuado crecimiento en la fe y permanencia en la Iglesia.
Su Hermano en
Cristo.
Victor H. Mena Hernández
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